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Casa Puruma
 

Año de diseño: 2022

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Año de construcción: 2018-2023

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Área del proyecto: 330m2

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Ubicación: Pillagua

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Publicaciones del proyecto:

Casas en los Andes. Revistra Trama

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El proyecto se ubica en la Urbanización Pillagua - Cumbayá, el valle oriental de Quito. Pillagua pertenece a una antigua hacienda, que ha ido urbanizandose poco a poco desde hace décadas. Puruma, se encuentra en uno de los últimos desarrollos de esta urbanización; está en la zona Norte del conjunto y goza de una condición aún natural, junto al gran cañón que emerge del Río San Pedro. Está rodeada de algarrobos y bosques nativos andinos.

 

La pendiente negativa del terreno, nos obligó a repensar la distribución de la casa. Estaba claro, la topografía aclamaba una arquitectura resuelta en niveles. Se accede por un vestíbulo que, de entrada, muestra la espectacular vista hacia la quebrada. Desde este vestíbulo, se distribuye un medio piso hacia arriba para la zona privada y un piso completo hacia abajo, para la zona pública. Este nivel inferior se abre hacia un gran porche que remata en una piscina y un jardín; ambos, de carácter recreativo.

 

El programa es corto para la superficie de la casa, resultando en espacios muy generosos y abiertos. Nació de una casa para una pareja y su único hijo. Dos habitaciones, que comparten un baño y una gran habitación principal con su baño y vestidor propio. El área pública se desarrolla en un solo espacio: conteniendo el salón, el comedor y una cocina con isla - desayunador. Existe también una zona de servicio con bodegas, parqueadero y cuartos técnicos.

 

El terreno, de forma trapezoidal, nos guió para proponer una planta con la misma forma. Nos retiramos de la calle doce metros, respetando un bosque de algarrobos existente, por el que genearmos un paseo muy agradable, de acceso a la vivienda entre los árboles.  El volumen se incrusta en el terreno, actuando como muro de contención y a la vez, resuleve la diferencia de nivel entre la zona de acceso y el jardín posterior.

 

Las vistas son muy potentes. El bosque nativo que ha sobrevivido intacto por siglos (gracias a las pronunciadas pendientes de las quebradas que dan hacia el Río San Pedro que lo vuelven inaccesible), actúa como telón de fondo de todas las estancias.

 

La casa es una caja de hormigón armado, que se apoya en los muros y en seis columnas de acero. Estos dos materiales, junto al vidrio, son la constante del proyecto. La esencia constructiva de la casa, aparece en todos los espacios y planos. Los pisos, que también son de hormigón visto, dan continuidad a los muros portantes. El acero que se usó en la fachada frontal, como elemento de permeabilidad visual, reaparece de manera horizontal, como cubierta del porche en el patio posterior. En la zona publica interior, el tumbado falso de madera da calidez al hormigón presente en toda la obra, reinterpretando la sutileza y la naturalidad del verde regado alrededor de la casa, desde el paseo tupido inicial de algarrobos hasta algunos árboles puntuales en el jardín de atrás.

 

La simplicidad formal, la materialidad, la complicidad con el terreno y la sensibilidad con el entorno, hacen que este proyecto pertenezca plenamente al lugar. Desde el ingreso, la vegetación original del terreno y la altura de la construcción vuelven poco perceptible e invasiva a la arquitectura, que al adentrarse en ella, se abre espacial y visualmente, rindiéndole honores a las vistas maravillosas del sitio.

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